SD Compostela - Pontevedra CF: siguiente paso, la conquista de San Lázaro.


          Foto: Cristina Saiz | Pontevedra Viva

Los granates, líderes del subgrupo tras el triunfo frente al Salamanca y sin conocer todavía la derrota, visitan a un siempre peligroso Compostela, que llega tras haber empatado ni más ni menos que en La Malata.

Tras la victoria del domingo, le preguntaban esta semana a Jesús Ramos acerca del liderato: "¿Inicio soñado? No pienso en eso. No voy a ser como el Cholo (por el famoso partido a partido), pero no pienso más allá de que hay que trabajar". 

Y es que el marinense, desde que se hiciese cargo del primer equipo granate, primero como interino y ya después como entrenador fijo, no conoce la derrota. Un entrenador valiente, carismático, que desde el primer momento supo cómo llegar a sus jugadores y transmitirles lo que esperaba y deseaba de ellos.

De hecho, Ramos es el técnico pontevedrés con mejor inicio, contando las tres categorías, en los últimos 50 años. De diez encuentros, siete victorias y tres empates: 24 puntos de 30. Números de récord para un hombre de la casa que lidera y abandera el buque granate.

Esa valentía se pudo ver en el último partido en Pasarón, cuando, en un momento donde parecía que el balón no quería entrar, con los salmantinos totalmente encerrados, achicando aguas y tratando de apagar el fuego en forma de brío y empuje granate, Ramos no dudó: los dos laterales al banco y 3-5-2 con Oier y Álex en los carriles.

El cambio táctico dio sus frutos: después de varias ocasiones como un trallazo de Álex que se envenenaba hacia la escuadra, un remate de Charles en el segundo palo o un cabezazo de Xisco que se iba fuera por poco, el perseverante Rufo lograba un claro penalti en el 90'. Charles Días, el hijo pródigo de Pasarón, materializaba. Y, por si fuera poco, en el minuto siguiente le ponía en bandeja el gol a Rufo. 

Porque, si algo deseaba todo aficionado granate, era ver a su ariete goleando de nuevo a orillas del Lérez. Tras un gol anulado en Zamora por un polémico -a la postre inexistente- fuera de juego, el "9" se sacaba la espinita y al fin estrenaba su cuenta esta temporada. Primer gol. Primero de muchos. La dupla hispano-brasileña, que suma ya tres goles, empieza a carburar.

Por otra parte, el gol fue un premio a su espectacular partido, donde no dejó de batallar en ningún momento, yendo al choque, ganando las disputas y duelos aéreos, ofreciendo soluciones en la asociación y recepción de espaldas y dejando todo en cada balón. Esto, claro, además de provocar el citado penalti. 

Y es que el pasado domingo pudimos observar un Pontevedra más dominador a través del balón, sin ese ida y vuelta vertiginoso de antaño y con más elaboración y calma en las jugadas. Quizás abusando en ocasiones del juego directo en la primera mitad, pero con una clara intención de madurar más las jugadas ofensivas, sin ese ímpetu de algunos encuentros.

Si antes hablábamos de Rufo y Charles, otro nombre destacado debe ser, sin duda, el inagotable Imanol García. Como un pulpo, el vasco no se cansa de robar balones, ofrecer soluciones multiplicándose en el centro del campo y dominar por completo su zona de juego. Por si fuera poco, terminó como central en el 3-5-2 final. Qué gran fichaje. 

En realidad, se trató de un buen partido en líneas generales de todo el equipo. Un esfuerzo coral. La perseverancia del correcaminos Álex, algo impreciso en los primeros compases pero pujante y peligroso todo el partido; la solidez y contundencia de Xisco, un mariscal al que cualquiera echaría diez años menos; el buen partido de Borja Martínez, gran pelotero, de los que hacen circular rápido la bola y con mucho fútbol en sus botas; los buenos minutos de Romay...

Lo de Zamora parece que fue solo un accidente. Buena dinámica y buenas sensaciones mostradas por los de Jesús Ramos, quienes, como decía, visitan a un peligroso Compostela, que ya ha demostrado lo que puede hacer en Segunda B. Con un entrenador y un grupo de futbolistas que se conocen a la perfección, la SD regresó a la categoría de bronce para dar guerra.

Además, el equipo de la Boa Vila tendrá que jugar contra la historia, pues desde el 78 tan solo han logrado un triunfo como visitantes en San Lázaro, correspondiente a la 2009-10. En total, desde esa 1977-78, los granates cuentan con tres triunfos. El último duelo entre ambos, con Fredi y Luisito en los banquillos y en un año que terminó en descenso para los santiagueses, arrojó un contundente 3-0 para el Compostela.

Volviendo al hilo del partido; con un míster como Yago Iglesias, amante del juego alegre y vistoso, gustoso de ir al ataque y llevar el peso de los partidos, el Pontevedra puede aprovechar este sábado los posibles desajustes y espacios que dejen atrás los locales para enlazar rápidamente con los de arriba y llevar el balón a sus dos arietes: Rufo y Charles. 

Una conexión, la del español y el brasileño, que empieza a dar visos de prosperar. Escalonados, con uno de los dos -la mayoría del tiempo Charles- bajando a recibir y participando en esos metros finales de la jugada, abriendo a banda para rápidamente incorporarse al remate, tratarán de poner en jaque a una defensa que solo ha recibido tres goles en lo que va de competición, habiendo logrado hasta tres casilleros a cero. 

Gran partido el que espera en el Vero Boquete. Con la duda de Adrián Cruz, que podría reaparecer tras la lesión en la nariz, se prevé la vuelta de Romay al once, ocupando una plaza en el doble pivote por delante de Imanol. Así, el equipo sería el formado por Mario; Aitor, Churre, Xisco, Zabaleta; Imanol, Romay, Calvillo, Álex; Charles y Rufo. Jorge Fernández, otro que cuajó un buen partido frente al Salamanca, podría ocupar el lugar de Álex o Calvillo. 

Por su parte, el Compostela pondría en liza un once formado por Pato Guillén; Soro, Soto, Casas y Jimmy en defensa; Antas y Josiño en el doble pivote; Juanpa por izquierda, Bicho como mediapunta y Miki por derecha; y arriba, como "falso 9", Brais Abelenda. Un equipo acostumbrado a dominar los partidos, acaparando la posesión y proponiendo un ritmo alto en todas las acciones de juego.

Con el partido frente al Deportivo esperando en un segundo plano, toca defender liderato. A buen seguro, Ramos conoce de la importancia de sumar los tres puntos para continuar en esa dinámica ganadora y en esa lucha de tú a tú con el equipo de Fernando Vázquez, lo que equivaldría a visitar Riazor en un buen estado de forma y confianza. 

Porque como el propio Ramos reconoció hace escasos días: "Hay un objetivo final, un objetivo colectivo. Pero hay que ir paso a paso, porque si no consigues esos objetivos de pasos cortitos, no vale de nada hablar del último". 

Aunque el bueno de Jesús no recurra -todavía- al famoso partido a partido del Cholo, está claro que a este Pontevedra siempre le ha ido mejor cuando, en lugar de llenarse la boca a la primera de cambio con palabras innecesarias y llenas de presión como "conseguir el ascenso" o "la mejor plantilla de los últimos años", antes de empezar la competición, se ha centrado en ir paso a paso, pensando en darlo todo el partido siguiente e ir superando, poco a poco, los retos y desafíos. El míster es consciente.

El Pontevedra tiene una gran oportunidad para dar otro paso cortito en aras de ese objetivo final y colectivo. Ramos, el entrenador del pasito a pasito, sabe que todo pasa por conquistar San Lázaro. Porque, como dijo un día Simeone -y esta sí es, con total seguridad, del gusto y filosofía de Ramos-: “el esfuerzo es la magia que transforma los éxitos en realidad”. 

Hai que roelo.

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